Escrito por Walter Ewing www.immigrationimpact.com
La amenaza de la administración Trump de imponer aranceles a los productos mexicanos a menos que el gobierno mexicano reduzca de alguna manera la migración indocumentada desde Centroamérica carece de lógica.
Los aranceles podrían ser contraproducentes para los Estados Unidos económicamente, como señalan los expertos del mundialmente famoso Instituto Wilson , y no abordarán las causas fundamentales de la migración centroamericana. No le brindarán al gobierno mexicano la capacidad de controlar la migración a través del país o de arreglar las fallas estructurales en el sistema de inmigración de los Estados Unidos.
En cambio, los aranceles serían una herida a la economía estadounidense. Dado que una gran parte del comercio entre Estados Unidos y México consiste en partes y materias primas de un país que se utilizan en las operaciones de producción y ensamblaje en el otro país, los aranceles sobre México también afectarán a los productores y consumidores estadounidenses. Y si México toma represalias imponiendo sus propios aranceles a los productos estadounidenses, la economía estadounidense sufrirá aún más.
Los nuevos aranceles sobre los productos mexicanos también podrían llevar a la economía mexicana a la recesión. El desempleo mexicano se elevaría. ¿Dejar sin trabajo a los mexicanos reduciría la inmigración indocumentada a los Estados Unidos a largo plazo?
Más concretamente, la imposición de tarifas no hará nada para crear la capacidad institucional necesaria para controlar con eficacia la frontera sur de México con Guatemala. México ha estado cooperando en la aplicación de la ley de inmigración en los últimos años, con el aumento de las deportaciones del país. De hecho, en el lapso de dos meses, las deportaciones aumentaron dramáticamente: de 5,585 en enero de 2019 a 9,120 en marzo del mismo año. Pero la capacidad para cerrar toda migración indocumentada simplemente no existe.
Los aranceles aplicados a México no harán nada para llegar a las causas fundamentales de por qué los centroamericanos están huyendo de sus hogares en grandes cantidades. Hasta que los gobiernos centroamericanos no tengan la capacidad institucional para enfrentar el crimen, la violencia y la corrupción fuera de control, su gente viajará hacia el norte solo para sobrevivir.
Paradójicamente, el gobierno de los Estados Unidos ha reducido su participación en programas diseñados para controlar la pobreza, el crimen y la corrupción en Centroamérica. Esto solo sirve para aumentar las presiones sociales que motivan a las personas a migrar en busca de refugio en los Estados Unidos (o en México). Si Estados Unidos quiere reducir la migración de la región, debería aumentar su participación en dichos programas, no abandonarlos.
Este enfoque punitivo no es un sustituto para la reforma migratoria. El gobierno de los Estados Unidos no está dedicando los recursos necesarios para procesar los casos de asilo y refugiados. El gobierno tampoco está creando vías para una inmigración basada en el empleo que responda a las necesidades de la economía de los Estados Unidos. Castigar a México por los fracasos de nuestras propias políticas de inmigración no tiene sentido.
Es irónico que el gobierno de Trump esté actuando como si Estados Unidos fuera el único país afectado por la afluencia de solicitantes de asilo de América Central. En realidad, México también está recibiendo una gran cantidad de solicitudes de asilo y está luchando por mantenerse al día. De hecho, la agencia de asistencia a los refugiados de México solicitó recientemente a las Naciones Unidas más recursos para tratar los nuevos casos de asilo que está procesando.
El gobierno está justificando su propuesta arancelaria al describir a los solicitantes de asilo como "invasores" que traen el crimen a los Estados Unidos. Pero esto no es confirmado por la evidencia. Los centroamericanos están huyendo de condiciones peligrosas; los índices de criminalidad entre los inmigrantes , incluso los indocumentados, son típicamente muy bajos.
La idea arancelaria de la administración Trump está mal concebida, mal pensada y haría mucho más mal que bien tanto a los Estados Unidos como a México. Si la administración quiere abordar la migración de solicitantes de asilo de Centroamérica, podría comenzar por abordar las condiciones en Centroamérica, no por atacar la economía mexicana.